El fútbol es un deporte para sabios, aunque no lo parezca. Jude Bellingham es un jugador por el que merece la pena ver el fútbol. El inglés ha dado otro recital esta pasada tarde en el templo. En un manual sobre cómo ser el centrocampista perfecto debería estar su partido. Es un todocampista moderno, capaz de contribuir en defensa y a la vez guiar a sus compañeros en ataque. Idóneo para sumir la responsabilidad cuando es necesario, y lo ha demostrado marcando desde los 11 metros. Ese centrocampista moderno que, pese a ser un portento físico, también tiene esa calma que hace parecer que se para el tiempo cuando pisa la pelota. Capaz de meter ese último balón a su compañero para que este haga el resto, como lo ha hecho con Kylian.
Es cierto que contra el Liverpool probablemente vimos el peor partido de Bellingham desde que viste de blanco, pero hoy ha vuelto a salirse desde el primer minuto de partido. Su primera parte ha sido descomunal, apareiendo en defensa para ayudar a sus compañeros, y conduciendo el balón para poner en vuelo a Mbappé, Rodrygo y Brahim. Estaba en todas partes, allá donde mirases, aparecía Jude. Los jugadores del Getafe no podían con el y solo eran capaces de pararlo a través de faltas.
Y es que al inglés otra cosa que le sobra es el carácter, y eso gusta mucho en Chamartín. Un jugador que desde el silbatazo inicial esté enchufado al cien por cien y no de un balón por perdido se premia mucho por la grada. No empezó muy bien la temporada, o al menos no con la cifra anotadora con la que sorprendió hasta a la misma pelota el pasado curso. Poco a poco está volviendo a esa versión que tanto añoraba tanto la afición como la misma plantilla. Ya son tres goles y cuatro asistencias en los últimos cuatro partidos de liga, cifras que se asemejan un poco a lo que nos tenía acostumbrado el inglés.
Sin ningún tipo de duda, si este Madrid empieza a carburar, en gran medida será por Bellingham, y es que es ese tipo de futbolista que hace mejor a los demás.Además, es un gran jugador de equipo, algo esencial en el fútbol moderno. Un jugador que mira siempre por el escudo, al que no le falta ningún esfuerzo y se deja todo en el campo.Podríamos hablar de director de orquesta, chef, capitán o incluso piloto. Cualquier cargo que implique una especie de manejo y responsabilidad es lo que mejor podría describir al jugador de Birmingham.
El fútbol es un deporte para sabios, y Bellingham parece ser alumno de sobresaliente. Como dijo Benzema “Yo juego para la gente que sabe de fútbol”. En tu caso Jude, no hace falta saber de fútbol para ver lo importante que eres en el terreno de juego.