Victoria muy merecida del equipo de Ancelotti, que pudo ser más contundente en el resultado. Goles de Mbappé, Brahim y Bellingham
El Real Madrid afronta el partido más esperado de la temporada. El nuevo «Clásico Europeo». Visitar un escenario que no se le da muy bien, de hecho no ha ganado nunca. Pero el Rey de Europa cuando hay que ponerse el mono de trabajo, lo hace. Y lo hizo, sacó el lienzo, el pincel, y con un naranja fuerte, fue pintando cada esquina del Etihad hasta quitar el azul.
Ancelotti apostó por su once de gala, o el que podía serlo, debido a las ausencias en defensa de Rüdiger y Lucas Vázquez. Fede Valverde ocupó la posición de lateral junto a Mendy en el otro costado. En la defensa, Tchouamení, que menos mal que «no se le da bien» jugar ahí, porque si se le diera… Acompañado de un Asencio, que parece que es su decimocuarta temporada aqui. El centro del campo compuesto por Camavinga, Ceballos y Bellingham y arriba, Vinicius Rodrygo y Mbappé.
El Madrid, acostumbrado a ser sometido por Pep Guardiola, empezó el partido de manera muy diferente, llegando. Los primeros 20 minutos fueron ocasión tras ocasión, destacando un mano a mano de Mbappé tras una maniobra excelente de Vinicius, que saca muy bien abajo Ederson. Y la más clara la de Mendy, balón para el francés que sin portero no es capaz de marcar el primero. Los Sky Blues, confirmando el desastre de temporada que están haciendo, no eran capaces de superar la línea merengue. Eso sí, a un equipo de este calibre, pese a que no esté funcionando bien, no puedes dejarle mucho. Primera llegada de los de Pep, balón a la espalda de Asencio, que controla Gvardiol y la descarga como si estuviéramos hablando de un nueve, y llega Haaland, que con la izquierda y cruzado metió el primero del partido.
Jarro de agua fría para Carletto, que estuvo 10 minutos asimilando lo que acababa de pasar, y volvió a enchufarse, con ocasiones muy claras antes del pitido del árbitro. A la vuelta del túnel de vestuario, el ritmo de juego era el mismo. Ocasiones para los blancos, esta vez de naranja, mientras que los de Pep no eran capaces de llegar de manera clara. En el minuto sesenta, tras una falta que golpea en la barrera, el balón le cae a Ceballos que con mucha sutileza eleva el balón por encima de toda la defensa blue y Mbappé, con uno de los remates más tristes de su carrera, precisamente esa tristeza hizo que entrase llorando, 1-1.
El Real Madrid seguía, veía con posibilidades la victoria, y como en la primera parte, una jugada aislada del City acaba con penalti de Ceballos sobre Foden que Haaland en el minuto 80 convertiría para volver a poner por delante a su equipo. Quien iba a decir que marcar un gol y ponerse por delante faltando 10 minutos era lo peor que podría hacer el City.
Así fue, despertaron al conjunto merengue. 6 minutos después, un balón que pone Brahim al espacio, remató Vinicius, rechazó Ederson de una manera extraña con el pecho, dejando el balón suelto y el propio Brahim llegó para empatar el partido. Parecía que nos íbamos al Bernabeu con tablas en la eliminatoria hasta que Bellingham ganó un balón en la zona central del campo, Vinicius se anticipó a Lewis y picó la pelota, probablemente con la intención de marcar aunque se iba fuera si no hubiera sido por el toque de Bellingham que puso el tercero para los blancos.
Un auténtico partidazo en el Etihad, que deja la eliminatoria abierta para la vuelta con una ventaja para los blancos, que supieron por fin hacerle daño a Pep en casa.